Deepfakes, distorsión de la realidad y desafíos jurídicos
junio 2023

Deep fakes, distorsión de la realidad y desafíos jurídicos
“Los recientes desarrollos tecnológicos nos están llevando a transitar por parajes inimaginables que muchos no ven y otros solo ven como una “curiosidad”, pero que encierran debates profundos y que han afectado y pueden seguir afectando los derechos de miles de personas a nivel mundial”, señala la investigadora del Centro Interdisciplinar de Políticas Públicas, CiPP, de la UAH, Michelle Azuaje, en el artículo “Deep fakes, distorsión de la realidad y desafíos jurídicos” publicado en la revista de extensión Telos número 22 donde plantea los principales riesgos del uso de videos e imágenes ultra falsas o Deep fakes.
Un Deep fake es un video, una imagen o un audio generado que imita la apariencia y el sonido de una persona. También llamados «medios sintéticos»,caracterizados por ser muy convincentes a la hora de imitar lo real que pueden engañar tanto a las personas como a los algoritmos.
Son generados por la inteligencia artificial y sus formas más comunes de aplicación las encontramos en videos o como filtros de realidad aumentada. “Los Deep fakes pueden emplearse para poner a personas en situaciones en las que no estuvieron realmente (como el papa Francisco, caminando por las calles usando un abrigo blanco de Balenciaga) sin que necesariamente podamos advertir la falsedad del contenido. Pueden hacerse con fines humorísticos o de parodia (en principio, amparados por la libertad de expresión), o para mejorar algunas obras cinematográficas, por ejemplo, a través de “doblajes sintéticos sincronizados” (como promete TrueSync), pero también con los fines más perturbadores” señala la académica en la publicación.
La investigadora del CiPP se pregunta en esta publicación ¿qué tan preparadas están las legislaciones para hacer frente a estos riesgos?, enfatizando que el abaratamiento, sofisticación y masificación de estas tecnologías la hacen mucho más accesible lo que genera que un número mayor de personas puedan ser víctimas. “En sus orígenes los deepfakes atacaron principalmente a personas famosas (es decir, a unas pocas personas, como Gal Gadot, Taylor Swift, Scarlett Johansson, más recientemente influencers, escritoras, entre otras), pero el abaratamiento, sofisticación y masificación de estas tecnologías puede llegar a perjudicar a un sinnúmero de individuos a nivel mundial y convertirse en un verdadero dolor de cabeza para el sistema de justicia”, declara la especialista.
Michelle Azuaje, experta en propiedad intelectual y derecho digital, afirma en esta publicación que el avance de la tecnología nos hace plantearnos sobre los retos globales que hoy enfrentamos y responder a la interrogante sobre el rol y lo que puede hacer el derecho al respecto. “Sabemos que deben tomarse algunas medidas, sí, pero… ¿lo estamos haciendo?, ¿saben o deben saber los operadores de justicia, incluso en una pequeña localidad, lo que es un deepfake?, ¿lo saben los abogados?, ¿deberían saberlo?, ¿quién nos prepara para ello?, ¿cómo se entendería correctamente probada la falsificación de uno de estos, enfatiza la abogada.
Puedes leer este artículo en el siguiente enlace: TELOS 122.pdf